A día de hoy, el acceso a internet, a comunidades de usuarios y desarrolladores, así como a herramientas abiertas de hardware y sofware, hace posible que cualquier persona que tenga interés en aprender una determinada habilidad o aventurarse en un proyecto nuevo, pueda lograr su objetivo.
La filosofía de hardware y software libre hacen accesible la tecnología a cualquier público y con prestaciones inimaginables. De hecho, uniendo esta filosofía con el movimiento maker, el límite es la imaginación.
Este paradigma es el que me animó a adentrarme en el mundo tecnológico, y a crear esta web en la que se exponen algunos de los proyectos en los que voy trabajando con propósito de animar a otros a iniciarse y a estar al día de las novedades.
Lorena G.
Imagen de Pixabay
¿Cuál es el origen del nombre de esta página?
Se trata de un homenaje a Ada Lovelace, considerada como la primera programadora, creando el primer algoritmo en su famosa
nota G.
Por otra parte, el test alfa es la primera fase de pruebas de aplicaciones informáticas.
Imagen de notage.org
Esta filosofía favorece el desarrollo tecnológico en su conjunto, puesto que es posible partir de la base elaborada por otro desarrollador, ofrece libertad para adecuar el software y el hardware a las necesidades de empresas y particulares, favoreciendo los desarrollos a medida y, además, toda la documentación que se libera y las comunidades que se organizan en torno a ella, favorecen el aprendizaje y el acceso de usuarios nóveles a nuevas ramas del conocimiento.
El software libre es aquel que
ofrece a los usuarios la libertad de distribuirlo y modificarlo. Puede ser gratuito o no, pero se anima a que haya un retorno a la comunidad, vía aportaciones al desarrollo o económicas.
Las licencias Creative Commons regulan el uso considerando cuatro libertades: atribución al autor (BY), compartir en las mismas condiciones (SA), uso comercial (NC) y modificaciones de la obra (ND), dando lugar a seis modalidades de licencia.
Dentro de este tipo de licencias destaca la modalidad copyleft que exige que todas las modificaciones o redistribuciones hechas a partir de su software continuen siendo libres.
Ejemplos de software libre son: Linux, Android, VLC Media Player, Netbeans, etc.
Elaboración propia a partir de Wikipedia
El hardware libre comparte la misma filosofía vista para el software libre, en este caso haciendo referencia a las especificaciones y diagramas técnicos del hardware.
Gracias a la liberación de los esquemas, el hardware podría modificarse, repararse o replicarse fácilmente por usuarios competentes.
Si bien el hardware totalmente libre es poco común por las dificultades intrínsecas que implica: diseño de esquemas técnicos, fabricación, comercialización..., el hardware de uso libre sí que tiene más difusión. Este hardware da facilidades para modificarlo y añadir componentes, además de favorecer el desarrollo de software. Las placas Raspberry Pi han sido una revolución en este ámbito.
Una ventaja de la proliferación de estas alternativas al hardware cerrado es su democratización, ya que abarata costes y reduce el umbral de acceso para el usuario.
Por otra parte, existen fabricantes de hardware tradicionales que también ofrecen compatibilidad para facilitar las reparaciones y actualizaciones.
Esto, como veremos más adelante en el Manifiesto por la Autorreparación, es una tendencia en auge con grandes intereses a nivel de consumidores, medioambientales y legislativos.
Imagen de Pixabay.
Placa Arduino: ejemplo de hardware totalmente libre
El movimiento maker reivindica que cualquier persona pueda realizar desarrollos tecnolólogicos en su hogar, en ámbitos de informática, robótica, etc...
Este movimiento ha supuesto una revolución en los últimos años gracias a la conjunción de tres factores:
Imagen de Pixabay
Arreglar un dispositivo en lugar de desecharlo repercute en un ahorro económico para el consumidor, pero también contribuye al medioambiente reduciendo la cantidad de residuos. Esto es especialmente relevante cuando se trata de componentes electrónicos, ya que son altamente contaminantes.
Es por ello que la Unión Europea ha decidido regular este aspecto y publicar recientemente una ley que garantiza la disponibilidad de repuestos durante al menos diez años a precios razonables para reparación de electrodomésticos por parte de profesionales y particulares. El fabricante, deberá ofrecer para ello instrucciones suficientes para conocer la posición de cada pieza del dispositivo.
Junto con la aprobación de esta normativa, España trabaja en elaborar un «Índice de reparabilidad» que otorgue una calificación a los bienes de consumo en base a la facilidad de su reparación, al igual que han hecho ya países como Francia.
Por otra parte, existen organizaciones como IFIXIT que promueven esta cultura sostenible de la reparación de manera accesible a cualquier usuario y para miles de productos.
Imagen de IFIXIT